miércoles, 9 de octubre de 2013

LA CANCIÓN DEL ALUMNO

Interrumpido el sueño,
despertados al alba,
corremos con calma
a una idea sin dueño.

Presume de ser dama
de convención social.
La farsa es tal,
que Educación la llaman.

Edicto sin mal,
que en desesperado intento,
repetitivo y muy lento,
pretende llevarnos
al mundo laboral.

Sin aun despertarnos,
introducimos información
que en exámenes vomitamos
cual mal canción.

Con tristeza y resacón,
nos preguntamos
si el mundo en el que estamos
no es mundo, sin razón.

Aprobar es la meta,
sobresalir es opción.
Argumento y opinión
dicen que respetan,
mas cuando ésta es contraria,
es ofensa y el alumno, problema.

No hablemos de indumentaria
pues, junto a horarios,
es asunto de suma importancia.
Tema uno del recetario

Que no sea el arte
en [...] españoles mencionado
pues perderían el estandarte
de penúltimos ilustrados.

Educación querrán darte
los maestros de antaño,
pero podrás excusarte,
mientras todos asienten;
eso no es materia de examen.

Dicen que el saber no causa daño,
ante la ignorancia, exprésese
que por elegancia, no sube peldaños
ya que el más burro, es marqués.

Resumiendo el saber:
en música, flauta de diez,
en escritura, uve y be,
en lectura, el dicho: «eso aburre»
y en Matemáticas, dar y tomar.

Seriamente manifiesto:
«no dejen que la creatividad se esfume,
porque a la par,
la escritura sucumbe,
y pilar por pilar
la cultura grita su derrumbe.»

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