Un grupo de hombres,
cansados, experimentados y maestros de la vida, se sientan en un parque y
conversan sus tiempos pasados. Disfrutan
recordando su juventud, sus juegos, algunos brutos pero divertidos, sus buenos y
malos momentos en la escuela, dónde se encontraban durante la guerra, la mili,
sus miles de cartas escritas a su amada y futura mujer. Forman alboroto
intentando hablar cada cual de lo suyo. La naturaleza se alegra de tener tan
maravillosos expertos. Las mujeres y hombres que pasan por allí sonríen al
escucharlos contar alegremente anécdotas sorprendentes. Varios veteranos se
acercan curiosos y se unen bajo la insistencia de los demás.
Mientras, enfrente
suyo se encuentra un grupo de jóvenes estudiantes que, molestos por el bullicio
de los viejos, elevan el volumen de su música. Éstos no conversan entre ellos,
sino que escuchan la música, atentos, además, a la consola portátil de su amigo
que estropea la música y el entorno con sonidos de explosiones y tiroteos. De
vez en cuando, comienzan una conversación con algún plan o comentario acerca de
la música o el juego, acompañados de algún vulgarismo del tipo “ok”, “vale”.
Entre veteranos y
novatos se comienza una lucha de sonido. Unos por conseguir un ambiente agradable
para escuchar las historias de sus compañeros y otros por conseguir escuchar la
música y poder concentrarse en su juego. Pero ambos pretenden obtener un
ambiente cómodo para ellos mismos e incómodo para los otros, los dos quieren
que el contrario se vaya.
Al final, los jóvenes
ganan y los veteranos se van a pesar de haber llegado antes y producir un
entorno más agradable y querido por los transeúntes.
Los jóvenes son
fuertes y (obviamente) jóvenes, esta vez han ganado la batalla, pero en la
siguiente los expertos les demostrarán que no se les pierde el respeto tan
fácilmente, que ellos ya fueron jóvenes una vez y no tolerarán que ellos les
hagan los que nunca en la Historia se han atrevido a hacer los jóvenes. Les
enseñarán que los mayores son el ejemplo, la explicación y la importancia de su
existencia. Ante todo les enseñarán que el respeto es lo mínimo que les pueden
ofrecer por hacer que sus vidas sean como son: cómodas y con numerosas
oportunidades.
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