martes, 7 de octubre de 2014

Ceguera tecnológica

La nueva moda en la educación es, no solo complementar con recursos tecnológicos el aprendizaje, sino implementarlos. Así, en mi colegio los jovencitos de quinto de primaria estudiarán del iPad este curso, mientras en bachillerato alucinamos al enviar ejercicios de matemáticas vía Moodle.

No voy a meterme en debates sobre la eficacia de la tecnología en el aprendizaje porque principalmente tendría que verse qué uso hacen de esta.

Lo que me importa es el preocupante hecho de que estos chicos tienen 24 horas al día un "cacharro" de esos entre manos y que pertenecen a la generación que ha nacido con un "smartalgo" entre las manos.

¿Qué supone esto? Que en una común situación de coche vamos a ver al niño con el iPad enseñándole al compañero mayor que él cómo consigue guardar fotos en el iPad sin descargarlas, función que está bloqueada pero que tardará poco en hackearse. Desde mi punto de vista en el asiento de copiloto lo que veo es a un conductor asqueado porque una "maquinita" le ha sustituido como entretenimiento en el viaje al colegio, y a un niño de apenas cuatro años ignorante pero molesto por el "juguete" del chico de quinto que atrae más atención que él.

Sin embargo, no es todo pesimismo y pensamiento analógico. La bella inocencia del niño va a devolver la vida humana a este coche en el que uno lee, otro conduce, otro juega y dos miran a una pantalla. La va a devolver cuando anuncie por encima de toda confusión que ha traido un coche nuevo al cole, un libro de Simba o unas galletas de Pocoyó, como si la única cosa importante en esta rutinaria vida fuese traer cada día una cosa nueva al colegio y sorprender a tus compañeros. Tierna y hermosa ingenuidad infantil.

Aunque, como perteneciente a esa generación que casi gestaba con un móvil entre manos, comprendo, admiro y creo necesitar esa ingente e interminable fuente de información instantánea, prefiero creer y vivir esa admiración que tienen los niños pequeños al reconocer un "nene" un "guauguau" o un "vión". Porque creo que las pantallas nos ciegan a la vez que nos abren un mundo de posibilidades. Esa poca creatividad que ya no fomentamos se va esfumando poco a poco, generación a generación por culpa de un mundo nuevo. Un mundo nuevo que nos hace avanzar a pasos agigantados sin darnos tiempo a sentir el apoyo del talón, planta y falanges.

No es cuestión de implementar, sino de complementar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario