miércoles, 15 de mayo de 2013

Longboard life

Tu música sonando en un casco. El sonido de un tail chocando contra el asfalto, otra tabla cae perfecta con un golpe suave. El roce del uretano derrapando, el silencioso paso de un longboard. Un grito de esfuerzo fallido contrastando el de un grito de alegría por haber conseguido un truco. El suave murmullo de los que miran, el "mira mami" de un niño alucinado. Pero sobretodo silencio. Silencio y concentración. Cada paso, cada posición de pies, cada movimiento puede darte el truco o puede hacerte perder el equilibrio y caer.
Esto más que un deporte o un hobbie, más que una forma de vida es un esfuerzo físico, mental y psicológico. Es un deporte extremo.

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